miércoles, 22 de mayo de 2013

#Lo que no te mata te hace más fuerte~Capítulo 28


#Lo que no te mata te hace más fuerte~Capítulo 28

- Venga, Justin, déjalo. Vámonos, no quiero problemas.
Y así hice, fui tras ella, dejando a Nick atrás.

(EMPIEZO)

Me agarró de la mano y comenzó a andar más deprisa. Llegamos hasta mi habitación. Ella abrió la puerta, pasamos dentro y, ella misma, la volvió a cerrar.
- Emma, lo siento, fui un idiota.- Dije situándome delante de ella.
- Shh.- Me mandó callar.- La culpa la tengo yo, no te di la oportunidad de explicarte. Ash me contó lo sucedido, y, yo, lo siento.- Agachó la cabeza.
- Bueno,- levanté su cabeza- yo también me comporté mal. Debí haberme apartado antes, pero, te juro que iba a hacerlo.
- Lo sé.- Dijo mirándome a los ojos.
Me quedé observándola, ¿cómo pude ser tan imbécil? Le hice daño a una de las personas que más me importan.
- Lo siento, de verdad.- Volví a disculparme.
Ella susurró un ‘No importa, tranquilo’ y acto seguido hundió su cabeza en mi pecho.
- Te quiero.- Susurré a su oído.
[…]
~Narra Emma~

Me quedé con Justin, en su habitación, toda la tarde. Permanecimos sentados en la cama, dándonos besos y caricias. Ya nos habíamos perdonado, aunque, noté, que él aún sentía algo de culpabilidad, cosa que no me gustaba.
- Justin, no te preocupes, ¿sí? Ambos tuvimos parte de culpa.
- Lo sé, pero me siento mal. Te hice daño.
- Ya da igual, Justin. Te quiero, eso ya no importa. Empecemos de nuevo.
Él sonrió, con una de esas sonrisas a las que una no puede resistirse. A continuación lo besé, me abalancé e hice que cayéramos totalmente tumbados en la cama.
- Te quiero.- Murmuró.
Comenzó a besarme en los labios, poco a poco fue apartando el pelo de mi cuello y siguió besándolo. Fue bajando hasta llegar a besar mi cintura, pero, entonces, volvió a besar mi boca.
Noté que no quería forzarme a hacer nada que yo no quisiese, y eso me gustaba en él.
Aunque, en parte, me sentía mal. Sabía que Justin ya no era virgen, y, seguramente, le costaría aguantar no poder hacerlo conmigo. Pero yo aún no estaba preparada, aunque, tampoco quería que me dejase por otra por esa tontería.
- Justin.- Susurré soltando su labio inferior.
- Dime.- Colocó su mano derecha en mi culo y me aproximó todo lo posible hacia él. Miró mi boca, luego mi cuerpo y finalmente mordió su labio inferior.
- Sabes que aún no estoy preparada…- Posé mi mano izquierda en su pecho musculoso.- Pero, te prometo que en cuanto lo esté, tú serás el primero.
- Lo sé.- Quitó la mano de mi culo y me miró a los ojos.- Esperaré todo lo que haga falta, Emma.
- Intentaré que sea cuanto antes, Justin.
- No te preocupes.- Sonrió.
Besé suavemente sus labios y sonreí tímida.
Él continuó besando mi cuello mientras jugaba con mi pelo. Me hacía cosquillas. No podía evitar dejar escapar alguna que otra risa. Cada vez que me oía reír él sonreía. Me quería de verdad, lo notaba. No era un simple capricho para él, una simple tía más. Durante este escaso tiempo me había demostrado que me quería y eso era lo que más me gustaba.
De pronto, oímos crujir la puerta de su habitación, se abrió y apareció Chaz. Nos levantamos, pero no lo suficientemente rápido como para que no nos viera besarnos.
- Eh… Hola.- Dije intentando sonreír mientras me rascaba la cabeza.
- ¿Enserio, Emma? ¿Cómo has podido caer tan bajo? ¿Con ese traidor? Pensaba que eras más lista que las barbies de este campus.
- Chaz, no seas tan duro…
- Déjalo Emma. No te hará caso.- Me interrumpió Justin.
- Tienes razón, no haré caso a falsos amigos.
Chaz pasó dentro del cuarto y se sentó en su cama, con el portátil, sin más. Era una situación demasiado incómoda, por tanto, decidí irme.
- Yo me voy ya. Nos vemos mañana. Te quiero.- Susurré al oído a Justin y seguidamente le di un leve beso.- Hasta luego Chaz.- Dije mientras salía por la puerta esperando recibir una respuesta de este último, cosa que no hubo.

*Al día siguiente*

Me levanté feliz, todo estaba bien, ¿qué digo bien? Estaba perfecto. Justin me había enviado de nuevo otro mensaje al móvil dándome los buenos días y recordándome lo mucho que me quería, era tan tierno.
- Vaya, por como te veo me atrevería a decir que Justin y tú lo arreglásteis ayer, eh.- Rió Ash.
- Sí, ves bien.- Reí tímida.
- Por lo tanto, ¿ya sois novios oficiales o qué?- Ashley me guiñó un ojo y volvió a reír.
- Bueno, supongo, ay, no sé.
- Ay, mis pequeños que están enamorados.- Rió de nuevo y se echó encima de mí, haciendo que quedáramos tumbadas en la cama.
- Ash, que llegamos tarde a clase.- Reí.
- Uy, es verdad.- Se levantó rápida y me ayudó a que lo hiciera yo también.

Llegamos a clase.Ashley se fue rápidamente con Ryan y, como cada mañana, se comieron a besos. Eran tan adorables. De repente recordé a Justin,- estás tonta, Emma- pensé y seguidamente reí para mí.
Busqué a mi novio, que bien sonaba: ‘mi novio’, y allí estaba; en una de las mesas del fondo, apoyado en ella, sonriente y solo. Me miró, con su mirada me incitó a ir, no me podía negar, le respondí con una sonrisa sincera y comencé a andar hacia él. Llegué donde estaba situado y me puse enfrente suya. Justin agarró mi cintura y me movió lentamente hacia él. Nuestros labios estaban a escasos centímetros de distancia, entonces yo decidí tomar la iniciativa y saltarme esa pequeña distancia, pero, él, sin que lo esperase, me interrumpió:
- Señorita Green, no debería salir usted con un chico malo. No sería ético.- Rió irónico.
- No seas idiota.- Reí e intenté volver a besarlo, pero mi intento volvió a ser fallido.
- Yo no soy de esos que se lían con la primera chica que pasa, eh. Primero la han de conocer mis padres y luego, ya, si eso, surge el amor.- Volvió a reír irónico mientras me miraba.
- ¿Quieres callarte ya y besarme de una vez?- Sonreí.
Esta vez si lo había entendido, pero, como era de imaginar, tuvo que decir la última palabra:
- A sus órdenes, mi reina.
Ahora sí, ahora, por fin, me besó. Nunca me cansaría de sus besos, eran tan perfectos, como él en si.
- Te quiero tantísimo…- Susurró.
Además de besar bien y ser perfecto, me decía estas cosas.
Cuando, por fin, dejé de pensar en lo perfecto que era mi novio, miré a mi alrededor, a mi clase. Todos nos miraban y cuchicheaban. Por un momento, mientras besaba a Justin, había olvidado a los demás, pero ahora los volví a recordar. Aunque, tampoco me importaban mucho. Seguían observándonos, no parecían tener vergüenza. Entonces miré a Ash, ella me sonrió, de esa forma tan dulce como siempre lo hacía. Miré a su novio, Ryan estaba como los demás, parecía no entender nada, pero estaba contento por nosotros.
De pronto, Justin me volvió hacer volver al mundo en el que solo existíamos él y yo, susurrándome al oído:
- Mi amor, ya ha entrado el profesor.- Hizo una breve pausa y yo miré a la puerta. Tenía razón, acababa de entrar y no es que me apeteciera mucho.- ¿Te quieres sentar a mi lado?
Pero esta última frase me causó algún que otro interés por sentarme en la mesa.
Asentí ante sus palabras, él sonrió y besó mi mejilla, yo sonreí y él, jugueteando, mordió mi oreja delicadamente.
La clase comenzó; historia. Me aburría demasiado esta asignatura, además el profesor era tan monótono y aburrido que me obligaba a desconectar de esta clase. Pero, entonces, Justin comenzó a jugar, se notaba que a él tampoco le interesaba mucho la historia.
Primero, empezó por juntar nuestras manos y entrelazar nuestros dedos. Seguidamente juntó más mi silla a la suya y soltó nuestras manos, pero, no quiso dejarlo así. Agachó un poco la cabeza, estábamos en la última fila sería extraño que nos vieran pero toda precaución era poca. Se acercó a mi cuello y noté su cálido aliento sobre mí. Mordió suavemente, notó que sentía cosquillas y rió disimuladamente. Llegó a mi boca y me besó tranquilamente.
- Justin… Nos van a pillar.- Susurré.
Se apartó sonriente y volvió a mirar al profesor. Pensé que ya se había cansado, pero, a mitad de la clase volvió al juego.
Coló su mano por debajo de mi azulada camisa y acarició mi espalda, la subió hasta el broche de mi sujetador y jugó con él, no sería capaz de desabrocharlo, ¿no? De pronto me incomodé un poco, pero, él enseguida volvió a sacar la mano.
Aunque, como era de esperar, no se dio por vencido. Pasó su mano por mi pierna, miré su cara, estaba sonriente. Dejó ahí la mano por un tiempo, sin llegar a más, lógicamente. Pero, entonces, cuando menos lo esperaba, tocó el timbre que daba la señal del cambio de clase.
Era la primera vez que la clase de historia se me pasaba tan rápida.
Salimos del aula y nos dirigimos a la siguiente clase, justo en la punta opuesta del campus. Justin me dio la mano y fuimos caminando mientras él jugaba con nuestras manos y los dedos entrelazados. De pronto, pasamos por delante de Amy ella me miró, intentó sonreírme pero yo le respondí con la ignorancia, cosa que no le sentó bien.
Entramos al aula y nos situamos en una mesa. Mientras esperábamos al profesor Justin y yo nos besábamos, era como un vicio. Entonces, vi a Chaz solo, no parecía muy alegre, la verdad.
- Espera un momento, Justin.- Susurré a su oído y me separé de él.
Me dirigí a la mesa donde estaba Chaz y me situé enfrente de él.
- Hola.- Dije sonriente.
- Vete con tu novio, ¿no?
- Chaz… No seas así, lo de Samantha y Justin fue un malentendido.
- Ya, claro o eso es lo que te quiere hacer creer.
Me volví a mi sitio bastante desanimada. Justin lo notó y me abrazó por la espalda. Situó su cabeza entre mi hombro y mi cuello y me besó la mejilla con delicadeza.
- No te preocupes, Emma…- Murmuró.
- Ya, pero, no sé…
- Mira, hagamos una cosa, ¿si?- Me giró y me colocó cara a cara.- ¿Te apetece que este fin de semana tú y yo, solos, lo pasemos en mi casa? Sin preocupaciones, ¿vale?
Miré sus ojos y su sonrisa, me había convencido, ¿por qué no? Ya estuvimos un fin de semana en una casa rural, no pasa nada por repetir.
- Vale.- Sonreí y seguidamente lo besé.
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Ayyyyyyyyyyyyyyy. Siento haber tardado tanto, no tuve tiempo, lo siento de veras asadsadsf.
En fin, que espero que os haya gustado y solo os pido dos cosas;
1ª: dejadme un comentario con vuestra opinión, pero no en plan ‘me encanta, es perfecta’ sino, si veis algún fallo, si cambiaríais algo y cosas así.
2ª: esta es parecida a la de antes: ¿qué os gustaría que pasase el fin de semana en casa de Justin? Besos y caricias y ya, algo más, discusión, etc.
En fin muuuuuuuchas gracias por leer. Os amo<3
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domingo, 14 de abril de 2013

#Lo que no te mata te hace más fuerte~Capítulo 27


#Lo que no te mata te hace más fuerte~Capítulo 27

- No fue así, Ashley. Si no me creéis allá vosotros, pero yo solamente os digo que no fue así.

(EMPIEZO)

- Pues cuéntame como fue. Sabes que siempre te he creído y he confiado en ti. ¿Por qué no iba a hacerlo ahora?
- Está bien. Yo llegué a mi habitación y encontré a Samantha allí sola…- Me contó toda la historia tal y como él decía que era.
- Entonces… Fue solamente ella. Tú no tienes la culpa de nada, ¿no?
- Bueno, quizás debí apartarme antes, pero te juro que iba a hacerlo, solo que Chaz llegó antes y, bueno, él se lo imaginó.
- Ven.- Lo cogí de la mano y tiré de él.
- ¿A dónde vamos, Ash?
No le contesté, ignoré su comentario.
Llegamos hasta mi habitación, suponía que Emma estaría allí. Y en efecto; estaba tumbada en la cama con el ordenador posado en sus piernas.
Al entrar, Emma levantó la vista y nos miró.
- ¿Qué hace él aquí?- Señaló a Justin.
- Explícaselo.- Dije refiriéndome a Justin.
- ¿Explicarme el qué?- Volvió a intervenir Emma.- No quiero saber nada de ti, Justin.
- Emma, déjale que se explique.
- Da igual, déjala Ash. Aunque se lo explicase tampoco iba a creerme.
- Pues eso, así que ahora vete a tontear con otras o directamente a tirártelas, lo que prefieras.
- Tranquila que ya me voy.- Contestó él.
- Sois peores que unos niños pequeños. ¿A qué mierdas jugáis? ¿A ver quién es el más orgulloso y chulo de los dos? Os queréis él uno al otro, ¿no podéis hablar las cosas como personas decentes y solucionar los problemas?
Emma se levantó de inmediato y se fue directa al baño, pegó un portazo y pude oír como abría el grifo de la ducha.
- Pues no, por lo que se ve no podemos solucionar los problemas.- Respondió Justin mientras salía de la habitación y daba otro portazo.
‘¡Bien!’ pensé irónicamente.
Me senté en mi cama y me puse a jugar con el móvil.

Tiempo después, Emma salió del baño.
- ¿Por qué diste ese portazo?
- Necesitaba ducharme y relajarme.- Contestó fría.
Estuvimos en silencio un rato, ella no quería hablar. Pero yo no iba a permitir que estropeasen su corta relación por una zorra llamada Samantha.
- Sabes que no tienes razón, Emma.
- Déjame, no quiero hablar del tema.
- Claro, prefieres esconderte, como una niñata. Así no se afrontan los problemas ni los baches.
- Pues seré una niñata. Pero no quiero hablar de esto ni de nada que tenga que ver con él, ¿queda claro?
- Por supuesto. Solo te digo que te equivocas y que si lo pierdes no vengas a pedirme apoyo porque no lo haré.
- De acuerdo, creo que podré vivir con eso toda mi vida.
- Ag, odio que seas prepotente.
- No me hables de esto y no lo seré.
- Vale, dejaré este tema.
Me levanté de la cama y me dirigí a las escaleras para subir al baño de arriba, pero, cuando iba subiendo, lo pensé mejor y me volví a ella.
- No. Lo he pensado mejor y no lo voy a dejar. Tú te has ido convirtiendo en mi mejor amiga y Justin es como mi hermano, no pienso consentir que estéis así. Al menos no por la zorra de Samantha.

~Narra Emma~

- ¿La zorra de Samantha? Será todo lo zorra que tú quieras, pero te recuerdo que Justin también tuvo la culpa, si él no hubiera querido no habría ocurrido nada de esto. Pero el problema es que sí que quería.
- ¿Ves? Te equivocas de nuevo.
Ashley se sentó a mi lado y comenzó a contarme todo lo que Justin le había dicho.
- ¿Y cómo sé que no miente?- Pregunté desconfiada.
- Emma, lo conozco desde hace muchos años, sé cuando miente y cuando no. Esta vez no mentía.
No sabía que decirle. Si era verdad lo que me había contado, yo me había estado comportando como una imbécil. Pero… ¿Y si mentía y Ash no se había dado cuenta? Desde lo de Nick, desconfío de la gente a menudo. Soy bastante vulnerable en estas cosas, pueden llegar a hacerme mucho daño con una simple acción o palabra.
- ¿Piensas contestar?- Insistió Ashley.
- La verdad, no sé que decirte. Me he portado como una idiota con él, y bueno, contigo también.
- Tranquila, te entiendo. Yo habría sido como tú o peor.- Rió.
- Lo siento mucho, Ash.- La abracé.
- Tranquila, no importa.
Me separé de ella y sonreí.
- Mira, hagamos una cosa; hoy día de chicas, ¿si? Nada de chicos ni siquiera hablar con ellos, solo nosotras, a nuestro aire.
- De acuerdo.- Reí.
[…]
El día se me pasó demasiado rápido. Cuando me quise dar cuenta, ya eran las once de la noche, al día siguiente era lunes y a mí madrugar nunca se me dio bien. Por eso, necesitaba irme a dormir cuanto antes.
- Me voy a dormir, Ash.
- De acuerdo, cielo. Descansa.- Me dio un beso en la frente y se fue a su cama.
Yo me puse el pijama y me acosté en mi cama.
Cerré los ojos y lo primero que me vino a la mente fue Justin. Su sonrisa y sus ojos miel.
Justin podría haber sido de todo antes, un mujeriego, un prepotente, todo lo que se me pudiese ocurrir, pero sé que no es un mentiroso. Y mucho menos con Ash, se querían como hermanos. Confiaban el uno en el otro y se apoyaban mutuamente en todo.

#Lunes
Me levanté bastante mejor que las noches pasadas. Pero aún así continuaba teniendo sueño, eran las siete de la mañana y no me apetecía otra cosa más que dormir.
Llegué a clase y me senté en una mesa de las que quedaban libres. Esperé a que el profesor entrara, mientras tanto no dejaba de mirar a Justin. No sonreía como de costumbre, parecía dañado y creo saber la causa; yo.
Pero, entonces, Samantha se cruzó por medio. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, ¿cómo se podía ser tan mala persona? Dañar a tu novio y encima con uno de sus mejores amigos.
Me fijé como la miraba Justin, en su mirada había odio y rencor.
De repente, una voz masculina interrumpió mis pensamientos. Era el profesor de literatura.
La clase pasó rápida, al igual que la mañana. De vez en cuando miraba a Justin pero él no se daba cuenta o directamente me ignoraba, que también sería comprensible.
Sonó el timbre que daba a entender que la jornada de clases se había acabado.
Salí del aula donde había tenido la última clase.
Ash me había enviado un mensaje para que fuera al comedor a comer con ellos, pero antes debía pasar por jefatura de estudios a recoger unos papeles que me había dicho el profesor de literatura
Cuando me dirigía a jefatura me encontré con la persona que menos me esperaba.
- Emma.
- Nick, ¿qué quieres?- Dije volviéndome hacia él.
- Vuelve conmigo.
- ¿Qué?- Dije incrédula.- No.
- Por favor, simplemente fue un error.
- Ya, un error que cometiste dos veces, ¿no?
- Lo siento de verdad. Me equivoqué, ahora ya sé que a la una chica que quiero de verdad es a ti.
- Que no, Nick. Haberlo pensado antes de hacerlo.
- Venga, Emma.- Sonrió travieso.- Sigues enamorada de mí.
Seguidamente me pegó a la pared y se puso delante de mí, dejando escasos centímetros de distancia entre nosotros.
- Te he dicho que no. Y ahora suéltame.
- No, tú eres mía.- Volvió a sonreír.
Cogió mi barbilla y levanto mi cabeza, dejando nuestros labios a la misma altura.
- Suéltame.
El negó con la cabeza y se aproximó aún más a mí.
- Te ha dicho que la dejes, ¿qué parte no entiendes?- Miré detrás de Nick y era Justin.
- Oh, venga. ¿Qué te importa lo que pase entre ella y yo? Piérdete.
- Que la sueltes de una vez.
Nick se giró hacia Justin y lo miró de arriba abajo.
- Mira Bieber, vete. No vengas de héroe.
- Déjala y me iré.
- Eres persistente, eh. Esto es entre ella y yo. Tienes cientos de guarras a tu alrededor, ¿por qué vas a por esta?

~Narra Justin~

Me quedé sorprendido. ¿Qué la había llamado? ¿Guarra? ¿Cómo se atrevía?
- Está bien, tú lo quisiste.
Cuando menos se lo esperaba, le di un puñetazo en el ojo. Él se llevó la mano al lugar donde le había pegado y pude notar como me lo quería devolver. Pero, Emma lo impidió. Se situó enfrente de mí y me miró a los ojos.
- Venga, Justin, déjalo. Vámonos, no quiero problemas.
Y así hice, fui tras ella, dejando a Nick atrás.
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Esta vez subí dos capítulos, espero que os hayan gustado<3
Gracias por leer, de verdad.

#Lo que no te mata te hace más fuerte~Capítulo 26


#Lo que no te mata te hace más fuerte~Capítulo 26

Al acabar esa frase comenzó a besarme rápidamente y acabó por tumbarme en la cama con ella encima.

(EMPIEZO)

Continuaba besándome, y, por no sé que razón, yo no hacía nada por impedirlo.

~Narra Chaz~

Volvía de jugar un partido de fútbol con otros chicos. Estaba demasiado cansado y tenía mucho calor, por eso decidí volver antes a mi habitación. Al abrir la puerta, me quedé paralizado; Samantha y Justin, mi novia y mi mejor amigo, estaban en una cama, a punto de hacerlo. No sabía como reaccionar, hasta que Sam se quitó de encima de él y articuló palabra.
- Oh, Chaz, mi amor, esto… esto no es…
No dejé que acabara la frase, pues sabía lo que me iba a decir y eso me enfurecería aún más.
Pegué un portazo y salí de aquella habitación.
Comencé a caminar por el pasillo, no sabía a donde iba, solo necesitaba despejarme de todo aquello.
Al salir, en el césped, encontré a Ash, Ryan y Emma. No quería quedarme con ellos, y menos contarles lo ocurrido, pero Ash tenía un gran poder de convicción, el cual hizo que me quedara y que además les contara todo.
- Pe…Pero, ¿cómo que estaban a punto de hacerlo?- Preguntó Emma con una voz quebrada.
- Pues eso. Entré, Justin estaba tumbado en la cama, sin camiseta y Samantha encima, besándose, como si nada importase.
El rostro de Emma era extraño, parecía dolida, pero no sabía porque, pues a ella no le debería afectar nada de esto, Justin no era su novio, en cambio Samantha sí era la mía.

~Narra Emma~

Mi corazón latía cada vez más despacio. Mi pecho estaba dolorido, como si me estuvieran apuñalando. Las lágrimas intentaban salir, pero la poca fuerza que me quedaba no las dejaba.
Ashley acarició mi brazo, hasta coger mi mano. Se acercó poco a poco a mí y me susurró un ‘Tranquila’.
No podía más, necesitaba irme, estar sola. Me levanté del sitio donde estábamos sentados, inventé una absurda excusa y me dirigí a mi habitación.
Me senté en el borde de la cama, ahora las lágrimas no querían salir. Tan solo sentía un terrible odio hacia mí y hacia Justin. ¿Cómo pudiste ser tan tonta, Emma? Me repetía una y otra vez a mí misma. ¿Cómo pudiste creer todo lo que te decía? La gente así no cambia de un día para otro. Eres idiota, te lo creíste todo.
Al momento entró Ash, la cual se sentó rápidamente a mi lado y me abrazó.
- Tranquila, Emma.
- He sido una estúpida. Creía que me quería y ahora va y se intenta tirar a otra.
- La verdad es que no tengo ninguna razón por la que justificar a Justin, no sé como ha podido hacerte eso. Lo mejor será que duermas, te vendrá bien descansar.
Hice caso a sus palabras y me fui a acostar.

Al día siguiente me levanté igual a como me había acostado, dolorida.
Pasé la mañana del sábado metida en mi cama, sin hacer nada. Ash intentó animarme, pero sus intentos fracasaron. Después de un tiempo, la convencí de que fuera a ver a su novio que no me importaba quedarme sola.
Al caer la tarde, sobre las cinco, alguien llamó a la puerta de mi habitación y yo respondí con un simple ‘Adelante’
La puerta se abrió y apareció él con una amplia sonrisa.
- Hola, mi amor. ¿Aún sigues en pijama?- Rió.
Me levanté de la cama y me situé delante de él.
Me agarró de la cintura y sonrió. Aproximó sus labios a los míos, pero cuando intentó juntarlos, reaccioné dándole una bofetada en la cara.
- Eres un cerdo. Eres igual que los demás.
Ahora las lágrimas si que salían de mis ojos y con demasiada velocidad.
- ¿Por-por qué me dices esto?- Dijo Justin llevándose la mano al lugar donde le había pegado.
- ¿Enserio? ¿Enserio me lo estás preguntando?- Intenté reír irónica.
- Emma, no te entiendo…
- Ah, es verdad. Entiendes mejor a Samantha, ¿no?
- ¿De qué estás hablando?
Por suerte para Justin, entró Ash en la habitación y no pude decirle nada peor.
- Venga, Emma, tranquila.- Dijo Ash mientras entraba.- Y tú, Justin, fuera de aquí. Te pasaste.
- No entiendo nada, Ash.
- Que te vayas. Pensé que nunca serías capaz de dañar a tu mejor amigo y a tu novia.
Ashley le llevó hasta la puerta y le hizo salir.

~Narra Justin~

No sabía que hacer ni a donde ir. Mi novia estaba enfadada conmigo, mis mejores amigos también y Ash, mi amiga, mi hermana, también. Y todo por no haber parado cuando debía haberlo hecho.
Bajé a un salón y me senté en un sofá azul marino, viendo la televisión e intentando distraerme de todo. ‘Bravo Justin, bravo. Esta vez si que te has lucido’. Me decía para mí mismo.
[…]
Era ya de noche, debía volver a la habitación. Pero no quería volver a sentir la mirada de odio de Chaz fijada en mí y la de decepción de Ryan por haber traicionado a uno de mis mejores amigos.
No sabía como actuar, ahora me daba cuenta que en verdad estaba solo. Solo los tenía a ellos y los demás ‘amigos’ eran por conveniencia.
Al final opté por ir a mi habitación. Una vez allí, saludé a los chicos, pero, como era de imaginar, me ignoraron.
Me quité la ropa y me puse tan solo unos pantalones de pijama. Me metí en la cama y me dormí.

Al día siguiente, cuando desperté no había nadie en la habitación. Miré la hora, eran ya las once y media. Tenía hambre, así que me vestí y bajé al comedor a desayunar algo.
Entré y agarré una bandeja. Coloqué un vaso de café y unas tostadas encima de ella y comencé a andar en dirección a las mesas. Casi todas estaban ocupadas. Me dirigí donde estaban Ashley y los demás. Me quedé parado al lado de la mesa y los miré.
- ¿Puedo sentarme aquí?- Susurré.
- ¿Por qué no te vas con Samantha? El otro día me pareció ver que teníais demasiada confianza.- Contestó Chaz irónico.
- Venga, tío. Déjame que te explique lo ocurrido. No fue como piensas.
- Ya claro. Vete de una puta vez, no tratamos con traidores.
Sus palabras me sentaron mal, muy mal. Miré a Emma, con la mínima esperanza de que dijese algo, pero no fue así. Continuó con la cabeza agachada y mirando su vaso de zumo.
- De acuerdo.- Musité.
Me senté en una mesa de las del final y miré mi desayuno. Se me había quitado el hambre.
Entonces, unas chicas del campus, entre ellas Heather y Amy, se sentaron en la mesa donde yo estaba y comenzaron a darme conversación. Necesitaba evadirme de lo otro, por lo tanto, me centré en la conversación de las chicas y comencé a hablar con ellas.

~Narra Ashley~

- Nosotros nos vamos a jugar un rato al básquet.- Me dijo Ryan mientras me daba un leve beso.
- De acuerdo.- Sonreí.
Cuando ya se fueron, miré a Emma. Ya no permanecía su preciosa sonrisa en su rostro. Ahora tenía una cara inexpresiva.
- Emma, no te preocupes…
- No, si lo mejor es que le da igual todo. No hace nada por intentar arreglarlo, ni siquiera me pide perdón. Solo le importa seguir tonteando.- Señaló la mesa en la que se encontraba y a las chicas.- Me pregunto quién será la siguiente en pasar por la cama del mismísimo ‘Justin Bieber’.- Contestó irónica.
- Venga, Emma. Quizá tenga una buena explicación para lo sucedido.
- Pues como no sea un buen mentiroso, no creo que lo vaya a creer.
Suspiré, pues no sabía que decir.
- En fin, yo me voy. Me apetece estar sola un rato.
- ¿Estás segura?- Pregunté y ella asintió.- Está bien, nos vemos luego.
Me dio un beso en la mejilla y se fue.
Yo continuaba sentada en la misma mesa, pero ahora sola. No podía dejar de mirar la mesa donde estaba Justin. Estaba riéndose con la zorra de Heather y el resto de su manada. ¿Enserio? ¿Enserio tenía tanta cara?
Me levanté de la mesa y me dirigí a él.
- Justin, ven, quiero hablar contigo.
- Ahora no puedo, Ash.- Y continuó mirando a las chicas.
- Oh, sí. Si que puedes Bieber.- Le cogí de la oreja y tiré de él.
- Ay, Ashley, me haces daño.
- Continúa andando y deja de quejarte.
A veces, tenía la impresión de que era yo su madre. Yo era la única de aquí que le hacía tener los pies en el suelo, si por él fuese, iría de Dios o algo parecido.
Al final lo terminé sacando fuera del comedor.
- ¿Qué se suponía que hacías?- Pregunté enfadada.
- ¿A qué te refieres?
- Te sientas en una mesa rodeado de chicas y tonteas con ellas, a eso me refiero. Te recuerdo que tienes novia y que lo estaba viendo todo.
- Primero; vosotros no me dejasteis sentarme en vuestra mesa, así que yo no tengo la culpa de que las chicas viniesen a la mía. Y segundo; ¿desde cuando sigue siendo mi novia? Te recuerdo que me pegó una bofetada y que no quiere saber nada de mí.
- ¿Enserio, Justin? ¿Enserio? ¿Te vas a seguir comportando como un crío? Tú le intentaste poner los cuernos a la chica que decías que querías y no te has dignado ni ha pedirle perdón. Y porque ella ahora no quiera saber nada de ti, ¿te vas a tontear con otras?
- No fue así, Ashley. Si no me creéis allá vosotros, pero yo solamente os digo que no fue así.

sábado, 30 de marzo de 2013

#Lo que no te mata te hace más fuerte~Capítulo 25


#Lo que no te mata te hace más fuerte~Capítulo 25

Cuando ya estaba en la cama, mi móvil sonó, era un mensaje, lo abrí y lo leí:
‘Buenas noches, princesa. Descansa.
Justin’

(EMPIEZO)

 La semana había pasado rápida. Hoy me levanté con una amplia sonrisa en mi rostro, pues estaba más que feliz.
Me vestí tranquilamente mientras esperaba a que Ash saliese del baño.
- Venga, Ash. Sal ya, que tengo que entrar.
- Un momento, mujer. Y sino vete a la habitación de tu novio.- Rió.
- Idiota.
La puerta del baño se abrió y salió ella, igual de resplandeciente que todas las mañanas.
- Si sabes que te lo digo de broma. Me alegra que estéis juntos.- Me abrazó.
- Gracias.- Noté como mis mejillas se enrojecían por momentos.

~Narra Justin~

Me levanté alegre, esa semana de prueba que Emma me había pedido ya había acabado y ya era el momento de que la gente se enterase de que estábamos juntos.
Salí de la habitación dirigiéndome a clase, por el camino me encontré con Samantha pero intenté esquivarla, no tenía ganas de hablar con ella.
Al llegar al aula la vi, Emma, sentada en su silla como cada mañana, esperándome.
Me senté detrás suya y comencé a jugar con un mechón de su pelo.
- Justin, estate quieto.- Me dijo volviéndose hacia mí.
- ¿Por qué? En teoría nuestra semana de prueba ya acabó, ahora la gente puede enterarse de lo nuestro.
- Respecto a eso…- Aclaró la voz. Pero en el momento en el que iba a acabar su frase, el profesor entró y lo interrumpió.
A mitad de la clase, ella se volvió hacia mí y dejó un papel en mi mesa, al lado de mi mano.
Lo abrí y lo leí:
‘Lo que te iba a decir antes, lo hablamos luego en mi habitación, ¿vale?’
Yo simplemente la miré y asentí con la cabeza.
[…]
Ya estaba acabando la última clase, al fin. Nunca antes había deseado tanto que se acabase un día, solo quería ir a su habitación y verla, no me apetecía otra cosa.
Al sonar el timbre recogí las cosas lo más rápido que pude y salí deprisa hacia su habitación. Al llegar, toqué a la puerta algo impaciente, necesitaba verla ya.
Ella abrió la puerta de la habitación con una perfecta sonrisa en su cara. Yo, nada más entrar, la cogí en volandas y besé sus labios delicadamente sin antes cerrar la puerta de su cuarto.
- Justin, bájame, nos podría ver alguien.
- ¿Qué más da?- Dije mientras la bajaba como ella me había pedido.- Se supone que ya pueden enterarse, ¿no?
- Sí, bueno, de eso quería hablarte.- Se dirigió a la puerta y la cerró suavemente, sin producir ningún ruido.
- ¿Qué ocurre, Emma?
Se aproximó a mí y se sentó en el borde de la cama, justo a mi lado.
- Justin, sabes que te quiero, ¿no?- Asentí.- Pero, cuando la gente se entere de que tú, el chico más popular de este campus, está saliendo con una chica como yo, una chica que no es nadie aquí, pues comenzarán a chismorrear sobre nosotros y no creo que nos dejen en paz durante un tiempo.- Tragó saliva.- Y a mí, no me gusta ser el centro de atención, prefiero pasar desapercibida. Por eso, te pido algo más de tiempo, quizá una o dos semanas más, hasta que me sienta más segura, ¿de acuerdo?
Por un momento pensé en decirle ‘no, no estoy de acuerdo’, pero por otro lado la entendía. Y la quería demasiado como para forzarla a hacer una cosa que no quería todavía. Prefería darle algo más de tiempo, como dijo ella, hasta que estuviera más segura de todo.
- Claro. Si tú lo prefieres así, lo entiendo.- Sonreí.
- Gracias de verdad, Justin. Aún no estoy preparada para que la gente se entere, y por eso, prefiero que sigamos así, sé que es algo molesto no poder mostrar nuestros gestos de cariño delante de la gente, pero de momento es mejor así.
- Lo sé y no importa.
Me acerqué más a ella y la abracé fuertemente contra mi pecho y besé su cabeza.
- Te quiero, Justin.
- Y yo a ti.
Estuvimos un rato hablando y riendo. Hasta que nos sentamos en el sofá y nos pusimos a ver una película.
Ella se sentó a mi lado, pero al momento apoyó su cabeza contra mi pecho mientras miraba la televisión. Nos echamos una manta por encima, pues hacía algo de frío.
Poco a poco, Emma fue besando mi pecho y subiendo hasta mi cuello. Al llegar a mi boca se incorporó y se colocó encima de mí. Me miró fijamente y yo me mordí el labio inferior. Ella volvió a besarme, de esa forma apasionada con la que lo hacía, pero esta vez con algo de suspicacia, de desconfianza. Estaba nerviosa, lo notaba.
- Emma, sino quieres seguir no lo hagas.- Susurré.
- Déjame probar. Quiero intentarlo.- Contestó con mi mismo tono de voz.
Ella continuó besándome, ahora parecía más tranquila. Cuidadosamente fue quitando mi camiseta, dejando ver mi torso. Lo besó despacio, sin prisas. Hasta que, sin darme cuenta, me aceleré demasiado. La tumbé en el sofá y me coloqué yo encima, de tal forma que ahora yo comencé a besar su cuerpo aún con la ropa.
- Justin… Lo-lo siento… Creo que no puedo.
Al oír esas palabras, la sonrisa que se había formado en mi cara quizás como gesto de triunfo, se desvaneció. Me levanté y me senté correctamente en el sofá, cosa que ella imitó segundos después.
- Lo siento de verdad, me he puesto nerviosa.
- No importa, tranquila.
Acaricié su mejilla y la besé suavemente. Volví a ponerme la camiseta y continuamos viendo la película.
[…]
Iba de camino a mi habitación. No era muy tarde, pero prefería irme ya, entre Emma y yo se había quedado un ambiente algo tenso. Ella estaba decepcionada de no haber podido continuar y yo arrepentido de haber intentado acelerar todo y acabar por estropearlo.
Al llegar a mi habitación me encontré con Samantha, estaba ella sola, nadie más.
- Samantha, ¿qué haces aquí? ¿Buscas a Chaz?
- Sí, bueno, en parte…
Me acerqué a mi cama y me senté en ella. En nuestra habitación hacía demasiado calor, ya que la caldera de la calefacción estaba justo al lado y pues el calor traspasaba las paredes. Por tanto me quité la camiseta sin pensar en lo que podría ocurrir.
- Y, bueno…- Comenzó diciendo Samantha mientras se sentaba a mi lado.- Tú… Estás soltero, ¿no?
- Eh… Sí.- Intenté mentir lo mejor que pude.
- No lo entiendo, eres un chico muy atractivo, podrías tener a la que quisieses a tú lado.
- Ya, bueno, quiero estar solo y eso.
Cada momento se iba acercando un poco más a mí, hasta acabar por no dejarme nada más de hueco en la cama en el que poder apartarme de ella. Al final, su boca quedó a escasos centímetros de la mía.
- Samantha, tienes novio, no deberías hacer esto.- Susurré.
- ¿Qué mas da? Él no se enterará, además tú estás mejor que mi novio.
Al acabar es frase comenzó a besarme rápidamente y acabó por tumbarme en la cama con ella encima.
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Lo sientooooooooooooo de verdad, jo. Sé que ha sido más que una caca, en verdad es una mierda asadsfdsafgdg. Pero no tengo nada de inspiración en esta novela, por eso, intentaré acabarla cuanto antes.
Bueno, a ver, que sé que ha sido algo corto, pero, estoy con los últimos exámenes y cosas de esas sdasdfsaf. Por lo tanto, ahora en semana santa intentaré subir varios capítulos de las dos novelas, ¿sí?*-*
Solo os pido una cosa, no me preguntéis cada dos por tres lo de ‘¿Cuándo subirás?’ o ‘¿Para cuando el siguiente?’ y cosas así, es que sino me estreso y no me entran las ganas de escribir. Vosotras tranquilas que yo siempre que suba os avisaré, siempre y cuando hayáis comentado, lógicamente.
Y una última cosa, en principio iba a subir dos capítulos de esta novela hoy, pero como hay algunas que no comentan extenso, cuando comentéis podéis responderme a esta pregunta: ¿Qué creéis que pasará con Samantha y Justin? Asadsadsf.
Ale, me callo ya.
Os quiero.

domingo, 10 de marzo de 2013

#Lo que no te mata te hace más fuerte~Capítulo 24


#Lo que no te mata te hace más fuerte~Capítulo 24

Me dirigí a la habitación de Justin, ya que me dijo que estaba solo y pues yo, en este instante, necesitaba llorar y tener a alguien que me apoyase a mi lado.

(EMPIEZO)

Al entrar en su habitación me vio con los ojos totalmente hinchados y rojos. Se levantó de la cama en la que estaba sentado y se acercó a mí.
- Hey, pequeña, ¿qué te pasa?
No pude contestar, ya que me eché a llorar. Él, me abrazó y me apretó contra su pecho.
- No llores, no estás sola, me tienes a mí.
Esas palabras provocaron una pequeña sonrisa en mi rostro pero aún así el dolor y la tristeza que sentía hicieron que desapareciera.
- Ven aquí.
Me cogió de la mano, él se sentó en la cama y me estiró del brazo haciendo que yo me sentara encima de él.
- Te quiero, lo sabes, ¿no?
Me susurró mientras besaba mi cuello.
- Sí…
- ¿Quieres contarme lo que ha pasado o mejor otro día?
Me volví a él y lo miré a los ojos. Parecían tan sinceros. El amor que decía sentir hacia mí se podía ver reflejado en sus ojos color miel y su perfecta sonrisa. Quien me iba a decir a mí que el chico con el cual me llevaba fatal hacía unos meses, ahora se estaba convirtiendo en uno de mis máximos apoyos.
Comencé a contarle todo lo de Amy, desde el principio y en verdad me sorprendió su comportamiento, me estaba escuchando. Antes cuando tenía un problema y se lo intentaba contar a Nick, se podría decir que me ignoraba, pero él, Justin, me estaba prestando atención de verdad.
- Bueno, y ya me callo, que te estaré aburriendo.- Concluí la historia.
- Tú nunca me aburres, Emma. Adoro escucharte. Y respecto a lo de Amy, lo único que te puedo decir es que hiciste bien y que no te preocupes por ella, ahora tienes a Ash y aunque Ryan y Chaz parezcan algo distantes también los tienes a ellos si necesitas algo.- Sonrió.
- Y lo más importante, te tengo a ti, Justin.- Le besé.
- Siempre me tendrás.- Susurró en el poco espacio que separaba nuestros labios.
Pasamos la tarde juntos. No quería estar con otra persona, solo con él.
- Voy un momento al baño, Justin.- Sonreí.
- Vale, pero no tardes.
Entré al baño y me refresqué la cara, tenía algo de calor. Me sequé con la toalla y salí.
Al salir encontré a Justin tumbado en su cama, boca arriba y con los ojos cerrados.
Me acerqué a él y me senté en la cama, a su lado. Miré su cara, el sol de la tarde la iluminaba y una pequeña sonrisa se formaba en sus labios.
- Mi amor, ¿quieres que me vaya y te deje dormir un rato?
El negó con la cabeza.
- ¿Quieres que me quede?
- Sí y quiero que me des ‘mimitos’.
Reí ante su comentario.
- ¿Quieres que te de ‘mimitos’?
- Sí.
Me aproximé a su boca y la besé suavemente. Me separé de sus labios unos pocos centímetros.
- Te quiero, Justin…- Susurré.
Entonces, él abrió los ojos de inmediato, se incorporó y me miró.
- ¿Que has dicho, Emma?- Me preguntó sorprendido.
- Que te quiero.- Reí.
Justin sonrió y comenzó a besarme. Pero, en ese mismo instante, la puerta de la habitación se abrió.
- Justin, ¿sabes donde esta Ry… ¡OH, DIOS MÍO! ESTÁIS JUNTOS, SÍ, DIOS, CREO QUE ME VA A DAR UN ATAQUE AL CORAZÓN.
No me hizo falta ver quien era, ya lo supuse: Ashley.
- Bueno, nosotros…- Dijo Justin separándose de mí y rascándose la nuca.
- ¿Veis? Tenía yo razón. Ibais a acabar juntos, dios.
- Bueno, sí, al final tu tuviste la razón.- Dije riendo.
- ¿Os parecerá bonito? – Comenzó diciendo Ash mientras se acercaba a la cama y se sentaba con nosotros- ¿Cuándo pensabais decírmelo?
- Bueno, Ash, llevamos muy poco tiempo, no pensábamos decírselo a nadie hasta que pasasen unos día y eso, pero como tú ya nos has pillado…
- Tranquilos que yo no digo nada. Ay dios, es que aún no me lo creo. Creo que voy a llorar y no sé porque.
- Tranquila Ash, que solo somos novios, no es para que te pongas así.- Reí.
- Ay, madre. Bueno, yo me voy que estoy buscando a Ryan y así os dejo solitos.
Comenzó a andar hacia la puerta.
- Y bueno, acordaros de usar preservativos, no debéis de ser padres tan jóvenes.- Dijo riendo.
- Idiota.- Le tiré un cojín mientras ella ya salía por la puerta.
- Esto… Emma… Lo siento. Debí haber tenido más cuidado.
- No importa, Justin. No sabíamos que iba a entrar Ash, no te preocupes.
[…]
Cuando ya volvía a mi habitación me encontré con Amy, la miré a los ojos llenos de culpa o no sé y entonces mi sonrisa se desvaneció.
- Emma…
- Déjalo, Amy. Lo dejé muy claro antes, no lo compliques más.
Me di la vuelta y continué andando.
Me dolía verla así, sé que lo estaba pasando mal, no era feliz, se lo notaba en la expresión de su cara, pero no la iba a perdonar así porque sí, no. Sintiéndolo mucho, tenía que aprender de sus errores.
Llegué a mi habitación, abrí la puerta y entré.
- Emma Green, venga aquí usted y cuéntemelo todo, todo.- Dijo Ash riendo.
Me acerqué a ella y me senté a su lado.
Comencé por contarle lo del fin de semana y acabé contándole todo, incluso lo de Samantha.
- Vaya, tía, pues que puta la Samantha esa, ¿no? Ya me pareció a mí algo fresca…
- Pues sí, ¿pero que quieres que haga? Se supone que Justin y yo no estamos juntos.
- Ya, pero bueno, tú no te preocupes, que Justin solamente te quiere a ti y no va a caer en las trampas de esa zorra.
- Eso espero.- Sonreí.
- Emma, cariño, sabes que aunque montes mis ‘numeritos’ eso y haga bromas me alegro muchísimo de que estéis juntos. Hacéis una magnífica pareja.
- Gracias, Ash, gracias de verdad.- La abracé.
- No las des.- me siguió el abrazo.- Te quiero.
- Y yo a ti.
Nos separamos y yo miré el reloj. Eran ya las once, la tarde se me había pasado volando.
- Oye, Ash, yo me voy a dormir ya, que estoy agotada.
- Vale, cielo, buenas noches. Descansa.
Cuando ya estaba en la cama, mi móvil sonó, era un mensaje, lo abrí y lo leí:
‘Buenas noches, princesa. Descansa.
Justin’
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A ver, siento que sea tan corto y mierdoso este capítulo pero era o subía hoy o dentro d euna semana o así por lo tanto, he preferido no haceros esperar.
Bueno, pues eso, que espero que os haya gustado y que pidáis siguiente.
Os quiero.

sábado, 2 de marzo de 2013

#Lo que no te mata te hace más fuerte~Capítulo 23


#Lo que no te mata te hace más fuerte~Capítulo 23

- Mira a la carretera, no quiero perderte en un accidente de coche.
Esas palabras me hicieron sonreír y así hice, volví a mirar a la carretera.

(EMPIEZO)

Ya habíamos llegado al campus. Ryan y los demás ya habían sacado el equipaje del coche y se dirigían a sus habitaciones.
Aparqué mi coche y miré a Emma, se había vuelto a quedar dormida.
- Eh, pequeña. Ya hemos llegado.- Dije mientras acariciaba su brazo y besaba su mejilla.
- Mmm… cinco minutos más.- Murmuró.
- Ey, Emma, despierta.- Sonreí.
- ¿Justin? ¿Estamos ya en el campus? – Preguntó frotándose los ojos.
- Sí, mi amor. Venga, salgamos del coche.
Salí del auto y me dirigí al lado de Emma, abrí la puerta y la cogí en brazos. La dejé de nuevo, ya de pie y le di un leve beso en los labios. Ella seguía algo dormida, por lo tanto saqué el equipaje del maletero. Una vez ya habíamos cogido el equipaje fuimos caminando hasta las habitaciones. Llegamos a la suya y antes de que ella entrara hice el amago de besarla, pero ella apartó su cara.
- Justin, aquí no, nos pueden ver, entiéndelo.- Susurró.
- Bueno, está bien. Nos vemos mañana.
- Claro.- Sonrió.
Me acerqué a ella y le di un leve beso en la mejilla. Luego le susurré un ‘te quiero’ al oído y ella simplemente me sonrió.
Entró en su habitación y yo me dirigí a la mía. Cuando entré no había nadie, supongo que Chaz estaría con su nueva novia y Ryan con Ash o jugando al básquet, cosa que adoraba.
Dejé mis cosas a un lado de la habitación, me quité la ropa y me quedé en boxers. Me tumbé en la cama, estaba cansado del viaje y me apetecía dormir.
Al cerrar los ojos, la imagen de Emma y yo besándonos no se me quitaba de la cabeza, es más, me hacía sonreír como un idiota. Continué pensando en ella durante un rato, hasta que terminé por dormirme.

*Al día siguiente*
 Me desperté contento o feliz, no sé, pero me sentía bien. Me vestí y salí de la habitación. Fui al aula donde tenía la siguiente clase, me senté en una silla situada justo delante de Emma y esperé a que entraran todos.
- Buenos días, preciosa.- Susurré volviéndome atrás.
- Buenos días.- Sonrió.
Alguien interfirió la conversación entre Emma y yo sentándose a mi lado. Me volví y miré quien era.
- Oh, Jus, ¿te importa que me haya sentado aquí?- Me preguntó Samantha.
- Oh, no, siéntate.- Sonreí.
El profesor entró y la clase comenzó.

~Narra Emma~

No podía dejar de mirar a Samantha. Se había sentado al lado de Justin. Pero, ¿qué hacía? ¿No se suponía que tenía novio? Cada vez que dirigía mi mirada adelante veía como Samantha se hacía la tonta para que Justin le explicara algo y así intentar ligárselo, digo yo.
Hubo un momento en el que Samantha echó la vista atrás y vio como la miraba.
- Bonita, ¿tienes algún problema?- Me susurró.
- Ninguno.- Sonreí falsamente.- Solo que si de verdad quisieras a tu novio no te pondrías a ligar con otros tíos que eso es de guarras.
- Yo al menos puedo tener al chico que quiera, no como tú.
- Obvio, si no dejas de zorrear por ahí.
Aquella última frase la oyó el profesor.
- Emma, ¿puedes repetir lo que has dicho?
- Eh, yo no he dicho nada, señor.
- Mentira, me ha insultado.- Intervino Samantha y a continuación se puso a llorar.
¿Cómo podía ser tan falsa?
- Está bien, esta tarde Emma, irás a la sala de castigos, a ver si aprendes a no faltar el respeto a tus compañeras.
No dije nada, simplemente callé y esperé a que finalizara la clase. Cuando por fin acabó recogí mis cosas y me fui directa a mi habitación. Entré y cerré la puerta haciendo que se produjera un portazo. Estaba furiosa y necesitaba estar sola.
A continuación la puerta se volvió a abrir, ahora era Justin. Se sentó en la cama, a mi lado.
- Eh, Emma, ¿qué pasó?
- Yo no la insulté, a ver sí, pero es que se lo estaba buscando.- Dije alterada.- No merezco ser castigada.- Repliqué.
- Ey, tranquila, ¿sí? No pasa nada por que te hayan castigado.
- Si que pasa, Justin. Tú estarás acostumbrado a que te castiguen, pero yo no, es decir, no soy la alumna perfecta, pero mi comportamiento siempre ha sido bueno.
- Yo no te voy a juzgar porque te castiguen, y lo sabes, y nadie lo hará. Así que tranquila, no pasará nada.
Entonces Justin cogió mi cabeza y la apoyó contra su pecho.
- Te quiero, lo sabes, ¿no?
Yo solamente asentí y sonreí.
- Bueno, pues ahora salgamos de aquí que llegaremos tarde a la próxima clase.
- Claro.- Respondí.
Nos levantamos y nos dirigimos a la puerta, cuando Justin fue a abrirla lo paré y lo volví hacia mí. Lo miré a los ojos y lo besé, después nos separamos por falta de aire.
- ¿Y esto?- Preguntó sonriente.
- Eres mi novio, me apetecía besarte.
- Pues me gusta.- Reímos.
[…]
La mañana pasó bastante rápida.
Justin y yo teníamos casi todas las clases juntos, pero, por desgracia no podíamos besarnos cuando quisiésemos. A lo mejor, entre clase y clase, Justin me llevaba a algún sitio apartado de la gente para que así pudiésemos besarnos sin preocuparnos, pero tampoco teníamos mucho tiempo.
Ahora, en cinco minutos, debía ir a la sala de castigos como ya me dijo esta mañana el profesor. Estaba nerviosa, sé que no debía preocuparme, que era tan solo un rato y que no pasaría nada, pero no podía evitar los nervios que padecía.
Me dirigí al aula donde era y entré. Había un profesor y le expliqué que estaba castiga y me habían mandado aquí.
- Muy bien. Tome asiento y espere a que venga otro alumno que está castigado. Yo iré a la sala de profesores, no salga de aquí.- Me informó el profesor.
- De acuerdo.
Era una sala normal y corriente, incluso me resultaba familiar, puede que en algún curso anterior hubiera dado clases en esta aula.
Estaba sentada en una mesa, esperando a que llegara el otro alumno que estaba castigado. ¿Quién sería? ¿Y qué habría hecho para estar aquí? Preguntas así rondaban por mi cabeza hasta que la puerta se abrió y entró… ¿¡Amy!?

~Narra Amy~

Hoy tenía que ir de nuevo a la sala de castigos. Me dirigí a ella y entré, vi a una chica sentada en una mesa, no sabía quien era, hasta que giró su cabeza para mirarme y… ¿¡Emma!?
Vi que, al mirarme, su cara sonriente y alegre se volvió rencorosa y algo triste.
Me senté en una de las mesas de la segunda fila y me mantuve callada.
Al cabo de un rato, a Emma se le cayó el móvil al suelo y me agaché para recogerlo y dárselo. Se ve, que al caerse, la pantalla se encendió y pude ver que mantenía como fondo de pantalla la foto que nos hicimos a principios de curso.
- ¿Me das mi teléfono, por favor?- Me insistió.
- Eh, si, toma.- Extendí mi brazo y sonreí. Ella no reaccionó, siguió con su móvil.

~Narra Emma~

Cogí mi móvil y continué hablando con Justin. A la vez que hablaba con él, no podía dejar de mirar a Amy.
- Esto… Amy…
- ¿Sí?- Respondió sonriente.
- ¿Qué haces aquí? Es decir, eres una buena chica, nunca imaginé que te castigaran.
- Ya, bueno, fue en parte culpa de Heather, me metió en un lío, pero ella consiguió escabullirse, y bueno, aquí estoy yo, pagando por las dos.
Observé su mirada, ya no era como antes, ahora era algo más triste, más solitaria, más apagada, al igual que su rostro entero.
- ¿Y tú? ¿Qué haces aquí?- Me preguntó.
- Oh, por nada, una tontería.
- Ah.- Sonrió.
Continué mirando mi teléfono, hasta que volvió a intervenir.
- Lo siento, Emma. Fui una completa idiota, siento haberte hecho lo que te hice, lo siento de veras. Te echo muchísimo de menos, perdóname, por favor.
- ¿Qué? ¿Que te perdone? Mira Amy una cosa es que te hable e incluso que te sonría, pero otra distinta es que te perdone. Me dejaste sola, simplemente por enamorarme de un chico, que si, que luego me hizo daño, pero yo lo quería y tú me dejaste sola, sin nadie.
- Lo sé, Emma, pero lo siento muchísimo, perdóname.
- Mira, Amy, a raíz de que tú me dejaras sola, tú conociste a tus supuestas mejores amigas, es decir, a Heather y todas esas; y yo pues también, ahora tengo a Ash y bueno, también tengo a Ryan, Chaz y Justin, que con el tiempo me he dado cuenta de que son buena gente.- Tomé aire y continué.- Amy, tu y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo, hemos sido más que hermanas, pero tú me has reemplazado por otra gente, al igual que yo a ti, no hagas esto más difícil, tú con tus amigos y yo con las míos.- Esto último lo dije con hilo de voz y con el corazón que pensaba que se me saldría del pecho. Pero, por suerte, entró el profesor y nos dijo que ya había acabado el tiempo de castigo, por lo tanto, me levanté y me fui.
Me dirigí a la habitación de Justin, ya que me dijo que estaba solo y pues yo, en este instante, necesitaba llorar y tener a alguien que me apoyase a mi lado.
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Siento haber tardado tanto, pero tengo muchísimos trabajos del instituto y bla bla bla.
Bueno, pues eso que espero que os haya gustado y que me pidáis algo más que un siguiente, por favor.
Y para los que no me tengáis agregada al nuevo tuenti, agregadme, desde allí avisaré de los capítulos. Es este: Destiny Bieber-Lovato.
Os quiero.

martes, 12 de febrero de 2013

#Lo que no te mata te hace más fuerte~Capítulo 22



#Lo que no te mata te hace más fuerte~Capítulo 22

Nos tumbamos en la cama, y estuvimos hablando un rato, hasta que nos quedamos dormidos, o al menos yo.

(EMPIEZO)

Al día siguiente, un rayo de sol se coló por la persiana e iluminó mi ojo derecho, cosa que me hizo despertar. Seguí con los ojos cerrados para poder continuar durmiendo, pero, ya me había desvelado. Comencé a dar vueltas por la cama, pero nada, seguía sin poder dormirme. Abrí los ojos y cogí el móvil, miré la hora, eran las diez, no era muy tarde. Me giré hacia el otro lado y lo vi. Vi a Justin, dormido. Era precioso, su cara, su nariz, su boca, todo. Lo estuve observando un rato, pero él no se dio cuenta y continuó durmiendo. Cuando ya estaba aburrida de estar en la cama, me incorporé, lo volví a mirar y le di un leve beso en la mejilla. Pero, en el momento que me iba a levantar para bajar al salón, Justin despertó, me sujetó del brazo y me echó encima de él.
- ¿A dónde ibas?- Me susurró, al oído, sonriente.
- Buenos días, eh.- Reí.- Pues a desayunar algo.
- Buenos días, pequeña.- Rió.- Pues súbete el desayuno aquí y desayunas con tu novio, ¿no?- Me dio un leve beso.
- Claro.- Le devolví el beso.
Me hice una coleta alta y salí de la habitación. Miré a los lados, las demás puertas de las habitaciones estaban cerradas, - estarán durmiendo - pensé.
Mientras bajaba las escaleras iba cantando una de mis canciones favoritas: ‘Give Your Heart A Break’ de Demi Lovato. Pero fue entonces cuando choqué con Ash.
- Ash, ¿qué haces despierta tan pronto?
- Son las diez y media, eh bonita, no es tan pronto.- Rió.- Tenía sed, pero me vuelvo a la cama que tengo mucho sueño.- Añadió.- ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? ¿Y además así de feliz cantando?
- Pues a por el desayuno.
- Si quieres me quedo contigo, para que no estés sola.
- No, si en realidad voy a subirme el desayuno a la habitación.- Murmuré.
- ¿Con Justin?
- Si…- Rodé los ojos mientras pensaba una buena excusa.
- ¿Tú? ¿Justin? ¿Desayunar juntos? Oh dios, dime que ha ocurrido un milagro y habéis follado.- Gritó efusiva.
- ¡Hala! ¿Qué dices Ash? Tan solo vamos a desayunar y ya está.
- Sí, sí, oye que yo no soy como una madre, eh. Que si os acostáis a mi me lo puedes contar.
- Qué pesada eres Ashley, que no pasa nada, solo somos amigos.
- Bueno, vale, antipática.- Rió.- Luego nos vemos.- Me dio un beso y subió las escaleras algo rápida.
Entré en la cocina, y, preparé dos tazas de café, hice unas tostadas y lo coloqué todo en una bandeja. Cogí el desayuno y comencé a subir las escaleras.
Cuando entré por la puerta de la habitación me quedé algo extrañada. ¿Qué coño hacía? Me acababa de encontrar a Samantha vestida con tan solo unas bragas y una camiseta tan corta que se le veía el ombligo, sentada en la cama, hablando con Justin y sonriendo tontamente.
- Eh… ¿Hola? – Dije con los ojos totalmente abiertos y con las cejas arqueadas.
Pero, al parecer, ese comentario no hizo que Samantha se inmutara.
- Bueno, Sam, vete ya, ¿no?- Dijo Justin sonriendo.- Emma y yo debemos hacer un  trabajo para mañana – cosa que era mentira – y te resultará un tanto aburrido.
- Claro, Jus.- Respondió sonriendo como una boba.
¿Sam? ¿Jus? ¿Enserio? Se conocían de un par de días ¿y ya se llamaban así? En fin…
Samantha se levantó de la cama, me miró de arriba a abajo con algo de desprecio y salió por la puerta.
- Vaya, parece que os habéis caído muy bien… - Dije incrédula mientras dejaba la bandeja en la cama.
- Tampoco la conozco mucho, solo hemos hablado hoy, así que tampoco puedo decir mucho de ella, ni ella de mí.
- Pues chico, llego a entrar un poco más tarde y ya te abría devorado con la mirada.- Dije observando el móvil.
- Eh, - sujetó mi cabeza haciendo que lo mirase - ¿estás celosa? – Sonrió.
- ¿Yo? JA-JA Por favor.
- Uy, que Emma se pone celosa…- Rió burlesco.
- No estoy celosa, ¿sí? Así que ahora desayuna y calla.
- Como quieras. Pero, recuerda: - volvió de nuevo mi cabeza hacia él, miró mis labios y a continuación me miró a los ojos - ahora soy solamente tuyo, de nadie más.- Y después de esas palabras que formaron una sonrisa en mi rostro, comenzó a besarme de aquella forma que solo él sabía.
Unos segundos después dejamos de besarnos.
- Bueno, ¿desayunamos?- Me preguntó.
- Claro. – Sonreí.
De repente noté como había algo en mi espalda que me hacía estar incómoda, me giré a ver que era y vi un móvil. Un móvil que nunca antes había visto, porque mío no era y creo que de Justin tampoco.
- ¿De quién es? – Pregunté desconcertada a Justin.
- Debe de ser de Samantha, si quieres dámelo y se lo llevo.
- No, tranquilo, ya se lo llevo yo.
Me levanté de nuevo de la cama y salí de la habitación. Me dirigía a la habitación de Chaz y Samantha pero fue entonces cuando la vi subiendo por las escaleras.
- ¡Sam!- Exclamé.
- Samantha.- Me dijo una vez que se encontraba en frente de mí.
- ¿Qué?
- Que para ti soy Samantha.- Contestó de forma borde.
- Ah, bueno, pues Samantha.
- ¿Qué quieres?
- Toma, te dejaste tú teléfono en nuestra habitación.- Le extendí el teléfono.
- Ah, vale.- Lo agarró de forma brusca y se fue a su habitación.
Después de esa agradable conversación – valga la ironía- volví a la habitación y volví a tumbarme en la cama.
- Has tardado mucho.- Me dijo Justin.
- Solo he tardado dos minutos.
- Eso es mucho, te echaba de menos.- Sonrió y volvió a besarme.
- Que tonto eres.- Dije encima de sus labios.
- Lo sé.- Rió.
Me separé de sus labios y bebí un trago de café.
- Y… Justin…- Comencé diciendo.
- Dime.- Me interrumpió.
- ¿De qué habéis hablado Samantha y tú? – Dije mirando hacia la ventana.
- Pues… Nada, solo me ha dado los buenos días y ya está, no mucho más.- Hizo una breve pausa y continuó.- Parece simpática.
‘Ya, claro, eso es lo que tú te crees.’ Dije para mi misma.
- Ah, seguramente.- Mentí a desgana.
- Oye, que ella será muy maja, pero más perfecta que tú ni en sus mejores sueños.- Susurró a mi oído.
Yo tan solo me limité a sonreír y volver a besarlo.
- Justin… - Susurré próxima a su boca.- Debemos ir bajando, la gente va a comenzar a sospechar.- Reí.
- Vale… - Aceptó algo insatisfecho.- Bueno, voy a ducharme, ve bajando tú si quieres.
- De acuerdo.- Recogí todo lo del desayuno y le di un leve beso en los labios.
Comencé a bajar escalones, cuanto más me aproximaba al salón mejor podía oír las voces de los chicos. Vi como Samantha me miraba con malicia y algo de odio, cosa que me intimidaba un poco. Intenté pasar desapercibida, pero no hubo suerte, tropecé con un último escalón, lo cual provocó que la bandeja cayera al suelo y las tazas se rompieran en pedazos.
Ashley se levantó rápidamente a ayudarme a recogerlo. Cuando las dos nos agachamos para recoger los pedazos de las tazas que yo acababa de romper, me miro a la cara y me susurró:
- ¿Ocurre algo, Emma?
Alcé la mirada y miré a Samantha, pero al segundo volví a mirar a Ash.
- Eh, no, nada, tranquila. Es que soy muy torpe y pues tropecé y caí.
- Ah, vale. Bueno, vamos a llevar esto a la cocina, no vaya a ser que alguien se corte.
Nos levantamos y llevamos hasta la cocina los restos de aquel desastroso desayuno.
- ¿Estás segura de que no te pasa nada? – Me volvió a repetir.
En verdad, quería contarle lo que había sucedido esta mañana en la habitación con Samantha, pero, no le puedo contar nada a Ash respecto a Justin y yo y, conociéndola, si se lo contase, comenzaría a decir que estoy celosa y que me gusta Justin, por lo tanto, decidí no contárselo para ahorrarnos malentendidos.
- No, de verdad.
- De acuerdo. Por cierto, Justin y tú deberíais comenzar a hacer las maletas, dentro de poco comeremos y poco después volveremos al campus, ¿si?
Asentí con la cabeza y le sonreí.
Después de haber recogido el desastre que yo había causado, subí a mi habitación, en la cual aún seguía Justin en el baño duchándose.
Comencé a guardar y preparar todas las cosas para luego tenerlas ya listas.
A los diez o quince minutos, la puerta del aseo se abrió, y salió Justin, recién duchado y con tan solo una toalla sujetada a la cintura.
- Hola, cariño.- Me dijo Justin mientras rodeaba mi cintura con sus brazos y me besaba.
- Hola otra vez.- Sonreí y le seguí el beso.
Se me quedó mirando un instante en silencio, luego sonrió y volvió a besarme.
- ¿Pasa algo? – Le dije mientras lo besaba.
- Nada.- Susurró sonriente.
- Vale.- Sonreí.- Deberías vestirte, vas a coger frío.
- ¿Es que no te gusta verme así?- Señaló su cuerpo y sonrió pícaro.
- Venga, ve a cambiarte.- Repetí.
- De acuerdo.- Sonrió y entró de nuevo al aseo.
Vale, sí, Justin estaba bueno, muy bueno, pero yo de momento no quería nada de eso, no sé si por miedo o vergüenza, no sé, pero como ya le dije, por ahora no quería sexo ni nada y pues tampoco quería que confundiese mis intenciones, por eso, cuantas menos tensiones, se podría decir, mejor.
[…]
Ya teníamos todo preparado y metido en los coches. Ahora solo faltaba que comiésemos y volviéramos. Nos encontrábamos todos en la cocina, a punto de comenzar a comer. Miré a Samantha, no le quitaba ojo a Justin, cosa que me molestaba. De repente, volvió su mirada para observarme a mí, pero con otra mirada diferente. Con una mirada cargada de odio, desprecio, rencor o algo por el estilo, y, ¿por qué? La verdad es que no lo sabía, que yo supiera, no le había hecho nada, es más es que no habíamos llegado a dirigirnos la palabra hasta esta mañana.
Miré hacia otro lado, hacia el lado de Ash, ella seguía ahí, tan sonriente como siempre, tan alegre, tan feliz. Y pensar que hace no mucho yo pensaba, por así decirlo, que Ash sería otra barbie más. Pero no, era una chica realmente perfecta, era guapa, encantadora, con sentido del humor, me alegraba tenerla como amiga, ya que con Amy ya no era así.
Al decir ese nombre, Amy, un escalofrío recorrió mi cuerpo y una sensación de añoranza y tal vez algo de malestar me invadió. Justin lo había notado, había notado que algo me acababa de suceder, que estaba en mi mundo, por la cual cosa, por debajo de la mesa, para que nadie nos viera, me cogió de la mano y me hizo un gesto con la mirada como diciendo: ‘¿Estás bien?’ al lo que yo me limité a asentir, disimuladamente, con la cabeza y sonreír falsamente.
Bebí algo de agua y dejé de pensar en ella, Amy. Volví a mirar a Samantha, la cual continuaba mirándome de la misma manera que antes, cosa que ya me estaba empezando a intimidar, - tranquila, Emma, ya se le pasará y sino, no importa, no tienes porque hablarle nunca más.- me dije para mi misma.
Terminamos de comer y descansamos unos veinte minutos o así.
Cuando ya era la hora de salir, todos recogimos lo poco que nos quedaba dentro de la casa y salimos al exterior. Ash, con la llave, cerró la puerta de la casa. En el momento que terminábamos de meter el equipaje en los coches, Tom, vino algo apresurado hacia mí.
- ¡Emma! – Exclamó.
- Oh, Tom, hola.
- No te despediste de mí.- Dijo mientras se rascaba la nuca.
- Lo siento, no me acordé, estuve liada con esto de recoger y tal.
- Bueno, no importa.- Sonrió.- Me alegro de haberte conocido y haber si nos vemos algún día.- Dijo mientras me daba dos besos y un abrazo algo efusivo.
- Eh… Sí, claro, algún día.- Sonreí y le seguí el abrazo.
Me quedé mirando a Justin, no parecía muy alegre con el abrazo que Tom me había dado, por lo tanto, abrió la puerta de su coche, montó y esperó a que yo también montara.
Una vez que ya me había despedido de Tom y que el coche en el que iban Ryan y demás habían arrancado para comenzar el viaje, monté en el coche de Justin.
Antes de que Justin girara la llave del coche para arrancar, intervine:
- Oye, ignora el comentario de Tom, no pienso quedar con él.
- De acuerdo.- Me dijo mirándome a los ojos.
- ¿Estás enfadado?- Pregunté.
- No, es que, no sé… no me gustó que te abrazaras con el Tom ese.- Masculló entre dientes.
Reí leve.
- ¿Por qué?
- No sé, quiero que seas mía.- Dijo mirando hacia la alfombrilla del coche.
- Y soy tuya, eso tenlo claro.- Sonreí y lo besé.
Arrancó el coche y pusimos rumbo a Stratford.
~Narra Justin~
A mitad del camino, solté una mano del volante y agarré la mano de Emma. Giré la cabeza y la miré, estaba dormida. De repente abrió los ojos, me miró, sonrió y susurró:
- Mira a la carretera, no quiero perderte en un accidente de coche.
Esas palabras me hicieron sonreír y así hice, volví a mirar a la carretera.
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Hola:3
A ver, siento haber tardado en subir, pero últimamente tengo demasiados problemas, lo siento de verdad. En el momento que pueda, os juro que intentaré subir más a menudo o unos cuantos capítulos seguidos.
Respecto al capítulo, creo que este ha sido un poco más largo, ¿no? Bueno y que espero que os esté gustando la novela, porque en verdad a mi no es que me agrade mucho, pero bueno.
Muchísimas gracias a las que seguís ahí, os lo digo de corazón, gracias.
Os quiero<3